Cuestionamiento de nuestro sistema actual
La elección de nuestros líderes
Stephen Hawking Toda una vida, que auguraron corta, dedicada a la cosmología
¿Tiene EEUU la culpa siempre de todo? Imperiofobia y leyenda negra III.
Porqué el concepto de héroe nunca pasa de moda
Theory of value I. Pretensions vs reality.
¿Polo, es mejor cometer injusticia o sufrirla? Releyendo a Platón. Diálogos. El Gorgias II
Teoría del valor II. La revolución marginal. El valor como utilidad.
Cómo la sociedad parece olvidar que cualquier automóvil necesita energía para moverse.
Probablemente, una vez que visites El Efecto Medici, lo recordarás.
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Hola Rodrigo, ¡que bueno verte publicando por aquí por vez primera! Sin duda has elegido un tema bien candente para tu estreno, esto da para muuuucho debate.
Por mi parte, muy de acuerdo contigo compañero sobre las carencias de nuestro sistema «democrático» de elección de líderes el cual posiblemente tenga muchos flecos que vendría bien pulir… Es interesante lo que planteas, pero sin duda es complicado de llevar a cabo y puede traer de vuelta consigo viejos fantasmas que sin duda están mejor enterrados, hay que tener cuidado con lo que se desea…
Con tu permiso, hay un par de vídeos del canal de YouTube «whymaps» que abordan este tema de tu artículo y me parecen un complemento ideal al mismo para todos nuestros lectores. Los adjunto aquí por si alguien se quedase con ganas de más:
https://www.youtube.com/watch?v=k8vVEbCquMw
https://www.youtube.com/watch?v=UoP_mSIHqTY&t=152s
Hola Pablo! Muchas gracias, les echaré un vistazo.
Pero recuerda, algo solo es difícil de llevar a cabo si no hay consenso y un contrato social (es decir la intención, colaborando, de que se lleve a cabo).
Un saludo amigo 🙂
Sin duda, es un tema muy actual e importante, y tu visión abre la puerta a grandes reflexiones.
En mi caso, destacaría la cuestión de la edad legal para ejercer el voto. Estoy de acuerdo contigo, y considero que el motivo real de adelantar la participación electoral que se propuso escondía fines manipulativos. Con esto no quiero decir que los jóvenes sean meros títeres, pero jugando con «los ideales» que proclama nuestra sociedad es muy fácil conducir al público hacia los caminos deseados, y más en esas edades. Creo que este es uno de los muchos problemas que existen, hoy en día, respecto al panorama político.
Sin embargo, despojándonos, en la medida de lo posible, de esas influencias —solo y solo a través del conocimiento, de la educación y del acceso a la información no coaccionada— sería muy beneficioso que ciudadanos que ya pueden incorporarse al mundo laboral, con apenas dieciséis años, hicieran uso de otro de sus derechos fundamentales. En todo caso, es algo más complejo que estas simples palabras.
¡Enhorabuena!
Felicidades por este artículo, Rodrigo. Lo leí justo cuando lo subiste, pero no te dejé ningún comentario; y la verdad es que hay puntos muy interesantes.
«(…) lo adula y hace apelar a sus sentimientos y miedos, para convertirlo en una masa obediente y servil a los caprichos del gobernante, que no tiene en cuenta más que sus ambiciones personales.». Esta es una de las partes de tu artículo que más me gusta: creo que, ciertamente, en la actualidad se apela más a los sentimientos (p. ej., anuncios con musiquitas para emocionarse o llorar, uso de personas en condiciones vitales deplorables, etc.) que a la verdadera razón; lo cual implica necesariamente que ahora pesan más los argumentos sentimentales que los puramente racionales. Esto, según mi opinión, me parece bastante repulsivo.
También me ha gustado bastante la cita de Donald Rumsfeld. ¡Muy bien extraída! Me la apunto…
Y, por último, el cenit de tu artículo: la edad legal para votar. Estoy de acuerdo con lo que comentas: efectivamente, reducir a 16 años la edad de votación parece, a primera vista, ideal; pero ¿cómo garantizamos que ese voto esté dirigido con conocimiento de causa? Con al educación, sin duda; pero en nuestra educación no se enseñan estos asuntos… Pues muy sencillo: ¡que se enseñen! Perfecto; pero he aquí que asoma su terrible faz otro problema: si la educación se encuentra controlada ideológicamente, ¿no sería incluso peor votar con menor edad, en cuanto que el ciudadano confiaría su voto a partidos concretos? Es decir, que vuelta a empezar en el círculo vicioso de la demagogia…
Podríamos debatir bien este tema en Balder, si te parece oportuno. Seguiré atento a tus publicaciones.
Hasta pronto.